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Siguiendo a Jesús: 3 Sitios en Judea

por | Iglesias del mundo

En tiempos de Jesús, la Tierra Santa se hallaba bajo dominio romano y estaba dividida en varias regiones con identidades propias. Al norte se extendía Galilea, una zona fértil y de población mixta donde Jesús pasó gran parte de su vida pública: allí creció en Nazaret, realizó milagros en Caná y Cafarnaúm, y predicó junto al Mar de Galilea. Era gobernada por Herodes Antipas, hijo de Herodes el Grande.

Más al sur se encontraba Samaria, una franja intermedia habitada por samaritanos, considerados impuros por los judíos debido a sus diferencias religiosas. Jesús cruzó esa tierra y habló con la samaritana junto al pozo, revelando que su mensaje estaba destinado a todos los pueblos.

Al este del río Jordán se extendían Perea y la Decápolis, regiones con fuerte presencia griega y romana. En Perea, Jesús fue bautizado y predicó, mientras que la Decápolis reunía diez ciudades helenísticas donde también llegó la Buena Noticia.

Finalmente, al sur del territorio, se encontraba Judea, el corazón político y religioso del pueblo judío. Allí se alzaba Jerusalén, con el majestuoso Templo, centro de la vida espiritual de Israel. En Belén nació el Salvador; en Betania, Jesús resucitó a su amigo Lázaro; y en Hebrón, reposan los patriarcas que esperaron la promesa divina. Tras la muerte de Herodes el Grande, Judea pasó a estar bajo la autoridad de los procuradores romanos, entre ellos Poncio Pilato.

En este post seguiremos los pasos de Jesús en Judea. Recorreremos tres sitios sagrados imperdibles para todo peregrino que visite Tierra Santa. 

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1. Ain Karem

Iglesia de la Visitación-Tierra Santa-Horarios de Misa

https://www.custodia.org/es/sanctuaries/ain-karem-visitacion/

Ain Karem, un pintoresco barrio al oeste de Jerusalén, es considerado el lugar donde nació y creció San Juan Bautista, el precursor del Señor. En este mismo sitio, según el Evangelio de Lucas, la Virgen María visitó a su prima Isabel, que esperaba a Juan. La tradición cristiana ha convertido esta aldea rodeada de colinas y cipreses en uno de los lugares más entrañables de Tierra Santa, donde se recuerda la alegría de la Visitación y el nacimiento del Bautista. En Ain Karem se encuentran tres importantes santuarios:

  • Iglesia de la Visitación

El santuario de la Visitación conmemora el encuentro entre María e Isabel (Lc 1,39-56). Fue en este lugar donde María pronunció su cántico de alabanza, el Magníficat, cuyo texto puede leerse en más de cincuenta idiomas en los muros del patio exterior.

La actual iglesia, de dos niveles, fue diseñada por el arquitecto Antonio Barluzzi entre 1938 y 1955 sobre una antigua construcción atribuida a Santa Elena en el siglo IV.

La cripta inferior está dedicada a Santa Isabel y conserva restos bizantinos y cruzados, como la “Roca del Ocultamiento”, asociada a la huida de Isabel y el niño Juan durante la matanza de los inocentes.

La planta superior celebra la glorificación de María, con un ábside donde la Virgen aparece rodeada de santos. En la fachada destaca un gran mosaico que representa a María en su camino desde Nazaret hacia Ain Karem.

  • Iglesia de San Juan Bautista

Muy cerca se levanta la iglesia dedicada al nacimiento de San Juan Bautista, construida sobre una antigua casa venerada desde el siglo IX como la morada de Zacarías e Isabel. En su interior, bajo el altar, se conserva una pequeña gruta donde, según la tradición, nació el Precursor.

El templo actual, reconstruido en 1939 por Antonio Barluzzi, se erige sobre sucesivas iglesias bizantinas, cruzadas y franciscanas. Las excavaciones han revelado restos de viviendas judías del siglo I y cementerios cristianos de los siglos IV y V, que testimonian la antigua devoción al santo.

  • Santuario de San Juan Bautista en el Desierto

A unos tres kilómetros, el Desierto de San Juan recuerda el lugar donde el niño halló refugio durante la persecución de Herodes. Allí vivió en soledad, haciendo penitencia hasta el comienzo de su misión. Comprende el Santuario, la Gruta, la fuente y la Tumba de Isabel.

2. Belén

Basílica de la Natividad del Señor-Tierra Santa-Horarios de Misa

Belén es, sin duda, el corazón espiritual de Judea. Allí se conservan la Basílica de la Natividad y el Campo y la Gruta de los Pastores.

  • Basílica de la Natividad del Señor (Belén, Palestina)

Ubicada en Belén, la Basílica de la Natividad es uno de los templos cristianos en uso continuo más antiguos del mundo. Venerada como el lugar donde nació Jesucristo, su profundo valor espiritual e histórico le valió el reconocimiento como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2012.

El santuario se levanta sobre la Gruta de la Natividad, la cueva que la tradición cristiana identifica como el pesebre donde nació Jesús. Aunque el lugar fue profanado por el emperador Adriano en el año 135, fue Constantino I junto a su madre Santa Elena quienes ordenaron construir allí el primer templo cristiano en el siglo IV.

Inaugurado en 339, fue destruido en las revueltas samaritanas y reconstruido en el siglo VI bajo el mandato del emperador Justiniano I. Su diseño ha llegado hasta nuestros días, incluso tras la invasión persa de 614, que respetó el edificio al reconocer en sus mosaicos a los Reyes Magos vestidos como sacerdotes persas.

Hoy la basílica es un espacio de culto compartido por ortodoxos griegos, armenios y católicos, además de contar con derechos menores las iglesias siria, copta y etíope.

El acceso principal se realiza por la “Puerta de la Humildad”, de apenas 1,2 metros de altura, que obliga a los peregrinos a inclinarse al entrar, recordando el gesto de adoración ante el Niño Dios.

En el subsuelo, la Gruta de la Natividad conserva tres lugares venerados:

  • Lugar del Nacimiento, señalado por una estrella de plata de 14 puntas con inscripción en latín.

  • Gruta del Pesebre, bajo custodia católica, donde María recostó al Niño Jesús.

  • Capillas subterráneas dedicadas a San José, los Santos Inocentes, Santa Catalina y San Jerónimo, quien habría vivido allí mientras traducía la Biblia al latín.

 

  • Campo y Gruta de los Pastores

A pocos kilómetros, en la aldea de Beit-Sahur, se recuerda el lugar donde los ángeles anunciaron el nacimiento del Salvador a los pastores. Aunque el paisaje ha cambiado con el paso de los siglos, aún pueden visitarse dos santuarios —uno católico y otro ortodoxo— que evocan aquel momento descrito en el Evangelio de Lucas (2,8-20).

El actual Campo de los Pastores se levanta sobre restos de antiguos monasterios bizantinos y cuevas habitadas en tiempos de Jesús. Las excavaciones arqueológicas del siglo XX confirmaron que esta zona ya estaba poblada durante el período herodiano.

En 1953, los franciscanos construyeron, según el diseño del arquitecto Antonio Barluzzi, la capilla Sanctorum Angelorum ad Pastores, con forma de tienda de pastores y decorada con frescos que representan la Noche Santa.

Junto a ella, una gruta natural sigue siendo utilizada para la liturgia, especialmente en la Noche de Navidad, cuando grupos de peregrinos celebran la Eucaristía al aire libre, bajo las mismas estrellas que iluminaron el primer anuncio de la salvación.

3. Betania

Betania-Judea-Horarios de Misa

A lo largo de la carretera que une Jerusalén con Jericó, detrás del Monte de los Olivos, se encuentra el pueblo árabe de al-Azaríya, la antigua Betania del Evangelio. Su nombre original, Bet Hananya (“casa de Ananías”), evoca una historia de hospitalidad y fe. En tiempos de Jesús —como hoy— Betania era un pequeño suburbio en el borde del desierto de Judea, hogar de Marta, María y su hermano Lázaro, los amigos más cercanos del Señor.

El Evangelio nos permite asomarnos a tres escenas que sellaron la relación de Jesús con esta familia: la visita a casa de Marta y María, donde María se sienta a escuchar la Palabra y Jesús enseña que solo “una cosa es necesaria” (Lc 10,38-42); la unción en Betania, cuando María derrama perfume sobre los pies del Maestro anticipando su sepultura (Jn 12,1-8); y, finalmente, la resurrección de Lázaro, signo supremo de la victoria de Cristo sobre la muerte (Jn 11,1-44).

Betania también aparece mencionada en el libro de Nehemías (11,32) como uno de los pueblos reconstruidos por la tribu de Benjamín tras el exilio en Babilonia. Durante el período bizantino, su nombre fue reemplazado por el de “aldea de Lázaro”, del que procede el actual al-Azaríya.

En el centro del pueblo se levanta hoy la Iglesia de San Lázaro, un santuario franciscano construido sobre los restos de tres templos anteriores. Los arqueólogos han hallado allí vestigios de las iglesias bizantinas y cruzadas, mosaicos del siglo IV y estructuras del antiguo Lazarium, mencionado por peregrinos como Eusebio de Cesarea y la peregrina Egeria. El templo actual, diseñado por Antonio Barluzzi y consagrado en 1954, es conocido como el Santuario de la Amistad. De planta en cruz griega, su luz cenital simboliza la vida que vence a la oscuridad, recordando las palabras inscritas bajo su cúpula: “El que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá” (Jn 11,25).

A pocos metros, una escalera de piedra desciende hasta la tumba de Lázaro, conservada junto a una mezquita del siglo XVI. Este lugar, custodiado por generaciones de peregrinos, sigue siendo testimonio de la fe que conmueve el corazón de Cristo. Frente a esas rocas, donde resonó la voz que ordenó “¡Lázaro, sal afuera!”, los creyentes contemplan la promesa eterna de la resurrección y la amistad divina que no conoce fronteras.

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Judea es una región donde se desarrollaron los momentos más significativos de la vida de Cristo y de María Santísima. Quien llega a estas tierras sagradas descubre que el Evangelio no es un recuerdo del pasado, sino una realidad viva que sigue transformando el corazón de quienes lo acogen con fe.

Para aprovechar al máximo tu peregrinación, te recomendamos llevar una guía con información sobre los lugares santos, meditaciones, pasajes bíblicos y oraciones que te ayuden a vivir este viaje con un auténtico espíritu de oración.

Recorrer Judea con la Biblia en las manos —especialmente el Evangelio— es una experiencia única. Puedes leer los textos antes del viaje, para preparar el corazón, o durante la visita, para contemplar y orar en cada sitio. Y si es posible, peregrina en grupo acompañado por un sacerdote que celebre la Santa Misa en los lugares santos y te brinde asistencia espiritual a lo largo del camino.

¿Por qué Judea es tan importante en la vida de Jesús?

Porque fue el escenario de algunos de los momentos más significativos del Evangelio: allí nacieron San Juan Bautista (en Ain Karem) y el mismo Jesús (en Belén). También el Señor hizo el milagro más impresionante de su vida pública: resucitó a su amigo Lázaro en Betania, que ya llevaba cuatro días muerto. 

¿Cuáles son los principales lugares santos en Judea?

Entre los sitios más significativos se encuentran Ain Karem (donde nació Juan el Bautista), Belén (lugar del nacimiento de Jesús) y Betania (donde vivieron Marta, María y Lázaro).

¿Por qué Belén es tan importante para los cristianos?

Belén es el lugar donde el Hijo de Dios se hizo hombre. Allí se encuentra la Basílica de la Natividad, uno de los templos más antiguos de la cristiandad, que conserva la gruta donde nació Jesús.

¿Qué se puede visitar en Ain Karem y Betania?

En Ain Karem se pueden conocer la Iglesia de la Visitación, la Iglesia de San Juan Bautista y el Santuario de San Juan Bautista en el Despierto. En Betania, los peregrinos visitan el Santuario de la Amistad y la Tumba de Lázaro, símbolo de la victoria de Cristo sobre la muerte.

¿Cómo prepararse espiritualmente para visitar Tierra Santa?

Antes del viaje, se recomienda leer los Evangelios, participar de la Eucaristía y encomendar la peregrinación a la Virgen María. Así, el recorrido por los santos lugares se convierte en una experiencia de oración y encuentro con Jesús.