Doce días después de la Navidad, la Iglesia nos invita a celebrar la Solemnidad de la Epifanía del Señor. La Epifanía del Señor es la fiesta cristiana que celebra la manifestación de Jesús como Salvador universal, gracias a la visita de los Reyes Magos, quienes reconocieron en Él al Mesías. Se conmemora cada 6 de enero y en muchos países se conoce como el Día de Reyes.
La palabra epifanía proviene del griego y significa “manifestación” o “aparición”. En la antigüedad se usaba para referirse a la llegada de un rey o la aparición de una divinidad. Precisamente, la Epifanía celebra que Cristo se revela no solo al pueblo judío, sino también a los pueblos gentiles, representados en los Magos de Oriente. Por ello el Papa Benedicto XVI la describió como:
la llegada de la “luz verdadera” al mundo, que hace a los hombres hijos de Dios.
¿Qué celebramos en la Epifanía del Señor?
La Solemnidad de la Epifanía del Señor surgió en las Iglesias de Oriente en el siglo IV, inicialmente vinculada al nacimiento y bautismo de Cristo. En Occidente se consolidó como la fiesta de la adoración de los Magos. Se celebra el 6 de enero, doce días después de la Navidad, lo que también da origen a la expresión “Duodécima Noche”. La Epifanía del Señor en Occidente conmemora la revelación de Cristo al mundo entero, mientras que la Teofanía oriental y ortodoxa celebra la revelación de la Trinidad en el Bautismo de Jesús.
El Evangelio de San Mateo nos narra el episodio de la adoración de los Magos de Oriente:
Cuando nació Jesús, en Belén de Judea, bajo el reinado de Herodes, unos magos de Oriente se presentaron en Jerusalén y preguntaron: «¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer? Porque vimos su estrella en Oriente y hemos venido a adorarlo». Al enterarse, el rey Herodes quedó desconcertado y con él toda Jerusalén.
Entonces reunió a todos los sumos sacerdotes y a los escribas del pueblo, para preguntarles en qué lugar debía nacer el Mesías. «En Belén de Judea, –le respondieron–, porque así está escrito por el Profeta:
«Y tú, Belén, tierra de Judá, ciertamente no eres la menor entre las principales ciudades de Judá, porque de ti surgirá un jefe que será el Pastor de mi pueblo, Israel»».
Herodes mandó llamar secretamente a los magos y después de averiguar con precisión la fecha en que había aparecido la estrella, los envió a Belén, diciéndoles: «Vayan e infórmense cuidadosamente acerca del niño, y cuando lo hayan encontrado, avísenme para que yo también vaya a rendirle homenaje».
Después de oír al rey, ellos partieron. La estrella que habían visto en Oriente los precedía, hasta que se detuvo en el lugar donde estaba el niño. Cuando vieron la estrella se llenaron de alegría, y al entrar en la casa, encontraron al niño con María, su madre, y postrándose, le rindieron homenaje. Luego, abriendo sus cofres, le ofrecieron dones, oro, incienso y mirra. (Mt 2, 1-11)
La Epifanía del Señor subraya que Jesús no vino solo para salvar al pueblo judío, sino para redimir a toda la humanidad, representada en los Magos de Oriente, que, viendo su estrella y reconociendo en Él a Dios, vinieron a adorarlo desde muy lejos.
¿Existen otras Epifanías del Señor en la Biblia?
En el Evangelio encontramos tres epifanías en las que el Señor se manifiesta públicamente como Hijo de Dios y Salvador universal:
- La Adoración de los Magos (Mt 2, 1-12):
En esta primera manifestación, el Señor se revela a los pueblos gentiles. Los Magos de Oriente reconocen en el Niño al Rey y Salvador, ofreciendo oro, incienso y mirra.
- El Bautismo en el Jordán (Mt 3, 13-17):
Aquí Jesús se manifiesta como Hijo amado del Padre, confirmado por la voz del Padre que dice:
Este es mi Hijo muy querido, en quien tengo puesta toda mi predilección (Mt 3, 17).
Además, el Espíritu Santo desciende en forma de paloma. Es la epifanía del Señor para el pueblo judío, en la que Él se muestra como el Mesías esperado y anunciado por los profetas. A su vez, marca el inicio de su vida pública y misión redentora.
- Las Bodas de Caná (Jn 2,1-11):
En este episodio, Jesucristo realiza su primer milagro al convertir el agua en vino. Así se revela como Señor de la creación. Esta epifanía del Señor es para sus discípulos, quienes comienzan a creer en Él a partir de este acontecimiento.
En conjunto, estas tres manifestaciones muestran la universalidad de la misión de Jesús: para los pueblos, para Israel y para sus seguidores más cercanos.
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¿Quiénes eran los Reyes Magos?
¿Magos, sabios o reyes?
El Evangelio según San Mateo es el único que menciona a los personajes que hoy conocemos como Reyes Magos, describiéndolos simplemente como magos que venían de Oriente. No se indica que fueran tres, ni que fueran reyes, ni se proporcionan sus nombres.
La transformación de estos sabios —probablemente astrónomos o sacerdotes persas— en monarcas coronados se debió a una interpretación teológica posterior. Ya en el siglo III, algunos autores cristianos comenzaron a ver en ellos el cumplimiento de las profecías del Antiguo Testamento que hablaban de reyes que traerían tributos al Mesías.
En el siglo V, el Papa León I dictaminó oficialmente que los magos eran tres, basándose en el número de dones mencionados en el relato bíblico: oro, incienso y mirra. Sin embargo, en tradiciones orientales como la siríaca o la armenia, se habla de doce magos, en paralelo con los doce apóstoles o las doce tribus de Israel.
¿Cómo se llamaban los Reyes Magos?
Los nombres de Melchor, Gaspar y Baltasar no aparecieron hasta siglos después. Las primeras referencias escritas se encuentran en crónicas del siglo VIII, donde figuran como Melichior, Gathaspa y Bithisarea. El famoso mosaico del siglo VI en la basílica de San Apolinar el Nuevo en Rávena los representó con nombres muy similares. Desde entonces se impusieron esos nombres en el imaginario colectivo.
La diversidad racial de los magos es otro desarrollo histórico importante. Durante siglos fueron representados como hombres blancos de distintas edades. Solo a partir de finales de la Edad Media y el Renacimiento se decidió representar a Baltasar como un hombre negro, con un objetivo pedagógico: mostrar que Cristo se manifestaba a las tres partes del mundo conocidas entonces —Europa, Asia y África—.
¿Qué simbolizan los regalos de los Reyes Magos al Niño Jesús?
En la tradición católica, los regalos de los Reyes Magos simbolizan la identidad y misión de Jesús: el oro, su realeza; el incienso, su divinidad; y la mirra, su humanidad y futura pasión.
- Oro:
Reconoce a Jesús como Rey. El oro era el presente reservado para los monarcas, y al ofrecerlo los Magos reconocen la soberanía de Cristo sobre el mundo.
- Incienso:
Representa la naturaleza divina del Señor porque el incienso era usado en los rituales de adoración a Dios en el templo. Al entregarlo, los Magos reconocen que el Niño no es solo humano, sino también el Hijo de Dios digno de culto.
- Mirra:
– Señala la humanidad y el sufrimiento futuro de Cristo, ya que la mirra era una resina usada en embalsamamientos y ungüentos medicinales. Anticipa la pasión y muerte de Jesús, mostrando que su misión incluye el sacrificio por la salvación de la humanidad.
En conjunto, los tres dones expresan la doble naturaleza de Jesús: Rey Universal, Verdadero Dios y Verdadero Hombre. Además, muestran que desde su nacimiento fue reconocido como
¿Dónde están enterrados los Reyes Magos?
El destino final de los Magos también ha generado gran interés. Una leyenda cuenta que, tras regresar a sus tierras, fueron bautizados por el apóstol Tomás y dedicaron sus vidas a predicar el Evangelio antes de morir martirizados. Sus supuestos restos fueron trasladados de Constantinopla a Milán y finalmente a la Catedral de Colonia en el siglo XII, donde se construyó uno de los relicarios más impresionantes de la cristiandad.
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¿Existió un cuarto Rey Mago?
Artabán, el cuarto rey mago, es una adición literaria del siglo XIX que ha calado profundamente en la cultura popular. Según la historia, Artabán se retrasó en el camino por ayudar a un anciano enfermo y a otros necesitados, gastando los tesoros que llevaba para Jesús en actos de caridad. Aunque nunca llegó a Belén, se dice que encontró a Cristo antes de morir, quien le aseguró:
“Lo que hiciste por uno de estos pequeños, lo hiciste por mí”.
Bendición del hogar en la Epifanía del Señor
Tradicionalmente, en la Solemnidad de la Epifanía del Señor los católicos bendicen sus casas escribiendo las letras C, M y B, y los números del año en el dintel de las puertas.
Las letras aluden a los tres Reyes Magos: Gaspar (Caspar en latín), Melchor y Baltazar. También representan la bendición en latín Christus Mansionem Benedicat, que significa «Que Cristo bendiga esta casa».
Algunas parroquias católicas les dan a sus fieles tiza, una botella con agua bendita y la bendición del hogar impresa para que cada familia haga la bendición en casa.
Bendice, oh Señor Dios Todopoderoso, este hogar, para que en él haya salud, pureza, la fuerza de victoria, humildad, bondad y misericordia, el cumplimiento de tu ley, la acción de gracias a Dios Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Y que esta bendición permanezca sobre este hogar y sobre todos los que habitan en él.
Por Cristo, nuestro Señor.
Amén.
Que esta Solemnidad de la Epifanía del Señor nos recuerde que debemos buscar a Jesús en todo lo que hagamos y que Él se deja encontrar y nos envía su estrella para guiarnos e iluminarnos hasta el reencuentro definitivo en el Cielo.
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¿Qué es la Epifanía del Señor según la Biblia?
El Evangelio de Mateo (2,1-12) relata la visita de unos magos de Oriente que, guiados por una estrella, llegaron a Belén para adorar al Niño Jesús y ofrecerle regalos. La Biblia no menciona que fueran tres ni que fueran reyes, pero la tradición cristiana interpretó este episodio como la manifestación de Cristo al mundo entero, representado en los pueblos gentiles.
¿Cuándo se celebra la Epifanía del Seño?
Se celebra el 6 de enero, doce días después de la Navidad. En muchos países se conoce como el Día de Reyes, y es una de las fiestas más antiguas del calendario cristiano
¿Cuál es la bendición para la Epifanía del Señor?
La Iglesia Católica tiene la tradición de la bendición de los hogares en la Epifanía. Se escribe con tiza bendecida sobre la puerta principal las iniciales de los Reyes Magos (C + M + B) junto con el año, como signo de protección y recuerdo de que Cristo se manifiesta en cada familia. Ejemplo: 20 C + M + B 26 (para el año 2026). Las letras también evocan la frase latina Christus Mansionem Benedicat (“Cristo bendiga esta casa”).
¿Cómo celebrar la Epifanía del Señor?
- Participar en la misa del 6 de enero, que recuerda la adoración de los Magos.
- Bendecir el hogar con la inscripción tradicional.
- Compartir en familia: en muchos lugares se acostumbra dar regalos a los niños, evocando los dones ofrecidos a Jesús.
- Orar con los símbolos: oro (Cristo Rey), incienso (Cristo Dios), mirra (Cristo hombre que sufre).
- Mantener tradiciones culturales como la rosca de reyes o las representaciones del pesebre.
¿Cuáles son las tres Epifanías del Señor?
La tradición católica reconoce tres momentos en que Cristo se manifiesta:
- La adoración de los Magos → Cristo se revela a los pueblos gentiles.
- El Bautismo en el Jordán → Cristo se revela como Hijo amado del Padre, con el Espíritu Santo descendiendo sobre Él.
- Las Bodas de Caná → Cristo se revela a sus discípulos con su primer milagro, convirtiendo el agua en vino.