Santa Mónica y San Agustín son dos figuras de gran relevancia en la historia de la Iglesia Católica debido a su profunda fe, sus vidas ejemplares y las contribuciones que hicieron al catolicismo.
Por un lado, Santa Mónica es un modelo de perseverancia en la oración y confianza en la misericordia de Dios. Ella fue una mujer de gran fe y devoción cristiana, que vivió en un contexto familiar difícil. Su esposo era pagano y de carácter violento, pero Mónica logró mantener su fe y eventualmente convertir a su marido al cristianismo antes de su muerte. Sin embargo, es más famosa por su paciencia y persistencia en la oración por la conversión de su hijo Agustín, quien en su juventud llevó una vida alejada de la fe cristiana.
La dedicación y amor materno de Santa Mónica fueron cruciales para la conversión de San Agustín, Doctor y uno de los más grandes teólogos de la Iglesia. Por esta razón, Santa Mónica es la patrona de las madres, especialmente de aquellas que rezan por la conversión de sus hijos.
Por otro lado, San Agustín es considerado uno de los Padres de la Iglesia y es venerado como Santo y Doctor de la Iglesia Católica. Fue un brillante estudiante y se convirtió en un destacado profesor de retórica. Durante su vida, exploró diversas filosofías y religiones, incluyendo el maniqueísmo.
San Agustín, en su juventud, llevó una vida marcada por la búsqueda del placer y el conocimiento, alejado de la fe cristiana. Pero, gracias a las oraciones de su madre y a la influencia de San Ambrosio, obispo de Milán, San Agustín experimentó una profunda conversión al cristianismo a los 32 años. Desde entonces, su pensamiento ha moldeado la doctrina cristiana y sigue siendo estudiado y reverenciado hasta el día de hoy.
En este artículo exploraremos dos Iglesias importantes para aquellos devotos de Santa Monica y San Agustin: la Basilica di Sant’Agostino y la Basílica di San Pietro in Ciel d’Oro, sitios donde se encuentran los restos de ambos santos, y unas oraciones para pedir por la intercesión de estos Santos.
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¿Dónde se encuentran los restos de Santa Monica y San Agustin?
1. Santa Monica: Basilica di Sant’Agostino, Roma, IT
Fabio Caricchia (https://www.soprintendenzaspecialeroma.it/eventi/basilica-di-sant-agostino-in-campo-marzio-visite-guidate-il-28-agosto_265/)
El cuerpo de Santa Mónica, la madre de San Agustín, se encuentra en la Basílica de Sant’Agostino (San Agustín) en Roma porque sus reliquias fueron trasladadas allí desde Ostia en el siglo XV.
Santa Mónica murió en Ostia, un puerto cercano a Roma, en el año 387 d.C., y originalmente fue enterrada allí. Sin embargo, cuando se construyó la Basílica de Sant’Agostino en Roma a finales del siglo XV, se decidió trasladar las reliquias de Santa Mónica a esa iglesia debido a la importancia de su figura como madre de San Agustín y para darle un lugar destacado en la iglesia dedicada a su hijo.
Este traslado se hizo como un acto de veneración hacia Santa Mónica, ya que su vida y su devoción como madre cristiana ejemplar estaban completamente vinculadas a la vida y las enseñanzas de San Agustín. De esta manera, se consideró apropiado que sus restos descansaran en un lugar dedicado a su hijo, en el corazón de Roma.
- Para más información de esta Iglesia, visita la página web de la Basilica di Sant’Agostino
- Ubicación: P.za di S. Agostino, 00186 Roma RM, Italia
2. San Agustin: Basílica di San Pietro in Ciel d’Oro, Roma, IT
Fausto Deseri en Flickr (https://www.flickr.com/photos/faustodeseri/48177590477)
El cuerpo de San Agustín se encuentra en la Basílica di San Pietro in Ciel d’Oro en Italia. Su cuerpo no está en la Basílica de San Agustín en Roma porque sus restos fueron trasladados a Pavía, Italia, mucho antes de la construcción de la Basílica de Sant’Agostino (San Agustin) en Roma.
Después de su muerte en el año 430 d.C. en Hipona (la actual Annaba, Argelia), sus restos fueron enterrados inicialmente allí. Sin embargo, debido a la invasión de los vándalos, sus reliquias fueron trasladadas a Cerdeña y luego a Pavía alrededor del año 722 d.C. para protegerlas de la expansión de las fuerzas islámicas en la región del Mediterráneo.
La Basílica de Sant’Agostino en Roma fue construida a finales del siglo XV, y aunque está dedicada a San Agustín, no se pretendía que albergara sus restos. En su lugar, la basílica en Pavía, a donde fueron trasladadas sus reliquias, se convirtió en el lugar de descanso final para San Agustín.
- Para más información de esta Iglesia, visita la página web de la Basílica di San Pietro in Ciel d’Oro
- Ubicación: Piazza S. Pietro in Ciel d’Oro, 2, 27100 Pavia PV, Italia
Oraciones a Santa Monica
1. Oración a Santa Monica por los hijos
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, amén.
A ti recurro por ayuda e instrucciones, Santa Mónica, maravillosa ejemplo de firme oración por los niños.
En tus amorosos brazos yo deposito mi hijo(a) (mencionar aquí los nombres), para que por medio de tu poderosa intercesión puedan alcanzar una genuina conversión a Cristo Nuestro Señor.
A ti también apelo, madre de las madres, para que pidas a nuestro Señor me conceda el mismo espíritu de oración incesante que a ti te concedió.
Todo esto te lo pido por medio del mismo Cristo Nuestro Señor.
Amén.
2. Oración a Santa Monica por la conversión de un hijo
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, amén.
Con el peso de mi carga de amor, recurro a ti, querida santa Mónica, y solicito tu ayuda e intercesión.
Desde tu lugar en el cielo, te imploro que ruegues ante el Trono del Santísimo por el bien de mi hijo/a, (Nombre), que se ha desviado de la fe y de todo lo que tratamos de enseñarle.
Sé, querida Mónica, que nuestros hijos no nos pertenecen, sino a Dios, y que Dios a menudo permite esta deriva como parte del viaje hacia Él.
Tu hijo, Agustín, también se descarrió; terminó por encontrar la fe y, desde su fe, se convirtió en un auténtico maestro.
Así que ayúdame a tener paciencia y a creer que todas las cosas —incluso este decepcionante distanciamiento de la fe— obran en última instancia según el buen propósito de Dios.
Por el bien del alma de mi hijo/a, rezo por entender esto y tener confianza.
Santa Mónica, te ruego me enseñes a ser perseverante en mi fiel oración, como tú misma hiciste por el bien de tu hijo.
Inspírame para comportarme de manera que no aumente la distancia entre mi hijo y Cristo, sino que solo atraiga a (Nombre) suavemente hacia Su maravillosa luz.
Por favor, muéstrame lo que sabes sobre este doloroso misterio de separación, y cómo se reconcilia en la reorientación de nuestros hijos hacia el paraíso.
Oh, santa Mónica, amante de Cristo y de Su Iglesia, ruega por mí y por mi hijo/a (Nombre), para que ganemos el cielo y nos unamos allí contigo, en eterna alabanza y agradecimiento a Dios.
Amén.
Oraciones a San Agustín
1. Oración a San Agustín por la intercesión del Espíritu Santo
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, amén.
Respira en mí, oh Espíritu Santo,
Que todos mis pensamientos sean santos.
Actúa en mí, oh Espíritu Santo,
Para que también mi trabajo sea santo.
Atrae mi corazón, oh Espíritu Santo,
Que no amo sino lo que es santo.
Fortaléceme, oh Espíritu Santo,
Defender todo lo que es sagrado.
Guárdame, pues, oh Espíritu Santo,
Para que siempre sea santo.
Invoca al Espíritu Santo y pídele que te llene de Su vida.
Renueva, Señor, en tu Iglesia el espíritu que infundiste en San Agustín para que, penetrados de ese mismo espíritu, tengamos sed de Tí, fuente de sabiduría, te busquemos como el único amor verdadero y sigamos los pasos de tan gran santo.
Por Jesucristo, Nuestro Señor. Amén.
San Agustín de Hipona, ruega por nosotros.
2. Oración a San Agustín por las Vocaciones
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, amén.
Glorioso Padre San Agustín, que abriste un camino de entrega a Dios al descubrir la hermosura de la vida religiosa:
Concédeme a mí, que me creo también llamado por Él, a ver claramente mi camino; ayúdame a ser fiel a esa vocación divina; que la estime en todo su valor, que huya de las personas y cosas que me la pueden arrebatar; que sea desde hoy muy generoso para decir sí el día de mi total entrega.
Amén.
En conclusión, la vida y legado de Santa Mónica y San Agustín están profundamente unidos, no solo por haber sido familiares, sino por la influencia espiritual que marcó la historia del cristianismo. Santa Mónica es un ejemplo inmortal de perseverancia en la fe y amor incondicional de madre, cuya oración incesante condujo a la conversión de su hijo. San Agustín dejó un impacto imborrable en la teología cristiana con sus escritos y enseñanzas, que continúan iluminando la doctrina de la Iglesia. Las dos basílicas mencionadas no solo guardan sus cuerpos, sino que también son símbolos de su santidad y el ejemplo que dejaron para todos los cristianos.
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