La Santa Misa es el momento más sublime para alabar y dar Gloria a Dios. Es en este acto litúrgico donde los fieles se unen al sacrificio redentor de Cristo, ofreciendo a Dios Padre homenaje de adoración y glorificación. La liturgia nos enseña que la alabanza no es solo una acción exterior, sino una entrega total del corazón, el alma y la mente a nuestro Creador. Como afirma el Catecismo de la Iglesia Católica, “la Eucaristía es sacrificio de alabanza” (CIC, 1359).
En este artículo exploraremos cómo dar gloria a Dios durante la Misa, profundizando en las oraciones de Misa que expresan esta alabanza y ofreciendo consejos para participar más plenamente en este acto de adoración.
Sigue leyendo para encontrar tips para aprovechar mejor la Santa Misa!
Puedes utilizar la aplicación Horarios de Misa para encontrar la iglesia católica más cercana con horarios de Misa, Confesión y Adoración. Seguro te servirá! Descárgala ahora.
¿En qué Oraciones de la Santa Misa damos Gloria a Dios?
La Misa está llena de momentos en los que los fieles alaban y dan Gloria a Dios. Estas oraciones no solo son palabras, sino expresiones de la entrega de toda la Iglesia al Señor.
1. Gloria
Una de las oraciones más evidentes de alabanza es el Gloria in Excelsis Deo. Esta oración, tomada del canto de los ángeles en la Natividad de Cristo, es un himno de alabanza dirigido a la Santísima Trinidad. Proclamamos: “Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor”. Esta oración, recitada o cantada, es una declaración de que Dios merece toda gloria y honor por su grandeza y misericordia.
2. Santo
El «Santo, Santo, Santo es el Señor” es otro momento clave de alabanza. En esta oración, nos unimos a los coros celestiales para proclamar la santidad y dar Gloria a Dios. Como lo expresa el Catecismo, «la Eucaristía une el cielo y la tierra» (CIC, 1352), y en este momento, participamos del himno eterno de los ángeles.
3. Prefacio
El prefacio de la Plegaria Eucarística es una oración que exalta las maravillas de Dios. Con frecuencia, se mencionan los motivos por los que damos gracias, alabanza, y Gloria a Dios: la creación, la redención y la santificación. En estas palabras, reconocemos la bondad y la grandeza de Dios, uniéndonos a la Iglesia universal.
El prefacio cuenta con cuatro partes.
a. Es siempre igual y vincula a la comunidad (T) a la oración del sacerdote (S):
b. La oración que se eleva al Padre comienza con las palabras finales del pueblo: “es justo y necesario”. Con algunas variaciones, esta plegaria recoge las intenciones de la Iglesia y las dirige al Padre celestial:
c. La parte central, que varía ampliamente en sus contenidos de acuerdo al día y la fiesta. Ésta proclama los motivos por los cual se da gracias y Gloria a Dios, que se centran siempre en la obra de la creación y el acto de la redención:
d. Esta parte es un prólogo del Santo que le sigue, y une la oración eucarística de la Iglesia terrena con aquella de los ángeles y arcángeles:
4. Doxología Final
La doxología final es el punto culminante de la Plegaria Eucarística y un momento profundamente significativo de la liturgia. En este instante, el sacerdote, eleva el cáliz y la patena con el Cuerpo y la Sangre de Cristo, y proclama estas palabras. Estas, sintetizan la esencia de la Misa como un acto de alabanza y glorificación dirigido al Padre, realizado por medio del Hijo y en el Espíritu Santo:
Cómo aprovechar mejor la Santa Misa para dar mayor gloria a Dios
¿Querés alabar a Dios con todo tu ser? Viví cada Misa como una oportunidad para darle Gloria con el corazón, la mente y el cuerpo. Que tu alabanza no quede en palabras: que se haga vida.
Puedes utilizar la aplicación Horarios de Misa para encontrar la iglesia católica más cercana con horarios de Misa, Confesión y Adoración. Seguro te servirá! Descárgala ahora.
¿Cómo se expresa la gloria a Dios?
Se expresa a través de la alabanza sincera, de la oración, los gestos litúrgicos y la participación activa en la Misa. No es solo decir palabras, sino ofrecer el corazón entero: mente, alma y cuerpo puestos al servicio de Aquel que es digno de toda gloria.
¿Qué es dar gloria a Dios?
Es reconocer su grandeza con humildad y adoración. Significa rendirle homenaje por ser quien es, ofreciéndole nuestra vida, nuestras decisiones y nuestras intenciones como ofrenda viva. Darle gloria es vivir de cara a Él, buscando agradarlo en todo.
¿Cómo vivir para la gloria de Dios hoy?
Vivir para su gloria es hacer de cada acto cotidiano una ofrenda. Se trata de priorizarlo, incluso cuando cueste, y actuar con amor en lo pequeño: escuchar, ayudar, servir, orar. Cuando unimos cada gesto a Cristo, todo se vuelve alabanza.
¿Qué relación tiene la Misa con la gloria a Dios?
La Misa es el momento más alto de glorificación, porque en ella nos unimos al sacrificio de Cristo, que dio todo al Padre. Cada oración, canto y gesto litúrgico alaba a Dios. Allí el cielo toca la tierra y toda la Iglesia proclama: “¡Gloria a Dios en el cielo!”.
¿Cómo enseñarle a los niños qué es la gloria a Dios?
Mostrándoles con ejemplos sencillos: dar gracias por lo bueno, cantar con alegría en la Misa, ofrecerle a Jesús lo que hacen cada día. Si un niño ve que sus padres aman a Dios de verdad, pronto aprenderá que darle gloria es lo más hermoso que puede hacer.