Jerusalén es la santa ciudad de Dios, ciudad de paz, como su nombre lo indica, y de guerras. Es una ciudad única, en donde las tres grandes religiones del mundo tienen sus lugares de peregrinación más importantes. En Jerusalén, se encontraba el Templo del pueblo de Israel, que albergaba el Arca de la Alianza. En esta tierra, Nuestro Señor Jesucristo padeció, fue crucificado, murió y resucitó de entre los muertos. Y aquí se encuentra el monte en el que Abraham estuvo a punto de sacrificar a su hijo Isaac. En Jerusalén se encuentran las ruinas del Templo, la Basílica del Santo Sepulcro y la Cúpula de la Roca, los sitios más sagrados para judíos, cristianos y musulmanes.
Jerusalén ha sufrido asedios, conquistas y destrucciones durante más de dos mil años. A pesar de ello, por la Providencia Divina, los lugares santos siguen en pie. Y los peregrinos continúan visitándolos. Evidentemente, el Señor protege su ciudad y a sus habitantes. La mayoría de estos sitios se encuentran en la Ciudad Vieja de Jerusalén, aunque algunos lugares santos se localizan fuera de sus murallas. Está dividida en cuatro barrios distintos: cristiano, armenio, judío y musulmán.
En este post te compartimos una guía para peregrinos con 7 lugares santos en Jerusalén que no puedes dejar de visitar si tienes la posibilidad de viajar a Tierra Santa. Con ella descubrirás los sitios más importantes y decisivos de la vida de Jesús (y de nuestra fe) en Jerusalén.
1. Iglesia de Santa Ana
Por Chris06 – Trabajo propio, CC BY-SA 4.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=113293533
Una de las iglesias más antiguas y emblemáticas de Jerusalén es la Basílica de Santa Ana, también llamada Basílica de la Natividad de la Virgen. Se ubica en el Barrio Musulmán de la Ciudad Vieja, muy cerca del Estanque de Betesda —donde Jesús curó al paralítico que llevaba treinta y ocho años enfermo— y de la Puerta de los Leones. Esta iglesia fue construida sobre la casa de Santa Ana y San Joaquín.
En tiempos del Imperio Romano, la piscina fue cubierta y sobre ella se levantó un templo pagano dedicado al dios Serapis. Más tarde, en el siglo V, se construyó una basílica bizantina, pero fue destruida durante la invasión persa de Jerusalén en el año 614 d.C.
La actual edificación, una verdadera joya del arte románico, fue erigida entre 1131 y 1138 bajo el mandato de la reina Melisenda. Su cripta es especialmente venerada, pues la tradición sostiene que allí nació la Santísima Virgen María.
Tras la conquista de Jerusalén en 1187, Saladino la transformó en una mezquita. Con el paso del tiempo, el lugar fue abandonado y la iglesia quedó en ruinas. En 1856, el sultán otomano Abdülmecid I la entregó como obsequio a Napoleón III. Desde entonces pertenece al gobierno francés.
Desde 1877, la basílica es custodiada y atendida por los Misioneros de África, conocidos popularmente como los Padres Blancos.
- Para más información de esta Iglesia, visita la página web de la Iglesia de Santa Ana en Jerusalén.
- Ubicación: Q6JP+9F Jerusalén, Israel.
2. Piscina de Betseda
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Esta piscina data de la época de Herodes el Grande (37-4 a.C.) y fue construida en forma de dos estanques —uno al norte y otro al sur— en un valle natural que recogía el agua de lluvia. Los dos estanques, rodeados por cinco pórticos, estaban separados por una represa. El estanque norte se utilizaba para recolectar agua de lluvia fresca, mientras que el estanque sur servía para las abluciones religiosas o para el baño de los enfermos, que buscaban sanación.
Fue aquí donde Jesús curó al hombre paralítico que llevaba 38 años enfermo. El hecho fue relatado por el evangelista san Juan:
«Hay en Jerusalén, junto a la Puerta de las Ovejas, una piscina llamada en hebreo Betzatá, que tiene cinco pórticos. En ellos yacía una multitud de enfermos, ciegos, cojos y paralíticos. Había allí un hombre que llevaba enfermo treinta y ocho años. Al verlo Jesús acostado y sabiendo que llevaba ya mucho tiempo, le dijo: “¿Quieres quedar sano?” Le respondió el enfermo: “Señor, no tengo a nadie que me meta en la piscina cuando el agua se agita; y mientras voy, otro baja antes que yo.” Jesús le dice: “Levántate, toma tu camilla y anda.” Y al instante el hombre quedó sano, tomó su camilla y se puso a andar.» (Jn 5, 2-9)
En los primeros siglos, el estanque norte fue progresivamente cubierto. Durante la época romana, el estanque sur siguió funcionando como lugar de baños rituales y de curación dedicados al dios romano Serapis.
Durante el siglo V, bajo el episcopado de Juvenal de Jerusalén (442-458 d.C.), se construyó aquí una gran iglesia bizantina. Lamentablemente, fue destruida durante la invasión persa de Jerusalén en el año 614. De ella quedan solo algunos muros y arcos, partes de columnas con sus capiteles y, en la zona norte, un fragmento de un hermoso mosaico que probablemente pertenecía a una capilla destinada a conservar reliquias de santos (un martyrion).
Ya en el siglo VII, los cristianos intentaron reconstruir el lugar, pero solo pudieron erigir una pequeña capilla. Durante la época musulmana, tanto la capilla como el estanque sur fueron abandonados y destruidos. Cuando los cristianos conquistaron Jerusalén en 1099, sobre las ruinas de la antigua capilla los cruzados construyeron un pequeño monasterio y, junto a él, la iglesia dedicada a Santa Ana, la madre de María Santísima. Las ruinas de las piscinas forman parte de todo el complejo de la Basílica de Santa Ana.
- Para más información de esta Iglesia, visita la página web de la Iglesia de Santa Ana en Jerusalén.
- Ubicación: Q6JP+9F Jerusalén, Israel.
3. Monte Sión
El Monte Sión se encuentra en la zona suroeste de la antigua Jerusalén. Aparece en la Sagrada Escritura como el monte santo de Jerusalén, la morada de Dios en el Templo y el símbolo de su presencia. Es un lugar celestial según los Salmos. Los hechos fundamentales que allí ocurrieron confirman la santidad de este sitio.
En este monte, Constantino construyó una de las iglesias más importantes de Tierra Santa, junto con la Basílica del Santo Sepulcro, la Natividad y la del Pater Noster. Se llamaba Hagia Sion, es decir, Santa Sión. Fue destruida durante la invasión persa del s. VII.
Actualmente, en el monte Sión, se conservan el Cenáculo, la Tumba de David, San Pedro en Gallicantu y la Abadía de la Dormición.
- El Cenáculo:
Es reconocido desde los primeros siglos como el lugar de la Última Cena, Pentecostés y residencia de la primera comunidad cristiana. Durante siglos, el lugar pasó por diversas manos: fue custodiado por los franciscanos a partir de 1333, expropiado por los otomanos en 1552 y convertido en mezquita. Hoy el complejo pertenece al Estado de Israel: la parte superior conserva el Cenáculo y la inferior, convertida en una sinagoga, alberga la Tumba del rey David.
- Iglesia de San Pedro en Gallicantu:
A diez minutos, bajando la colina, se ubica la Iglesia de San Pedro en Gallicantu. En este sitio, se hallaba la casa de Caifás, donde Jesús fue llevado, juzgado y encarcelado y donde San Pedro lo negó tres veces. El lugar conserva las llamadas “escalinatas santas”, por las que Jesús habría sido conducido. La actual iglesia, de estilo neobizantino, fue construida en la década de 1930 sobre ruinas bizantinas y cruzadas. En la cripta se encuentran una mazmorra y un patio, en donde el Señor habría sido encarcelado y azotado. Actualmente, la iglesia está bajo la custodia de los padres asuncionistas.
- Basílica y Abadía de la Dormición de la Santísima Virgen:
Construida sobre el sitio donde, según la tradición, la Virgen María vivió sus últimos días y murió, la Basílica de la Dormición es uno de los templos más emblemáticos del cristianismo. Tras sucesivas destrucciones y reconstrucciones —desde la iglesia bizantina Hagia Sion hasta la cruzada Santa María en Monte Sion—, la actual basílica fue edificada a fines del siglo XIX por los benedictinos alemanes. Su cripta, inaugurada en 1904, alberga una imagen de Nuestra Señora dormida, rodeada por mosaicos y figuras bíblicas. El templo fue consagrado en 1910 y se ha convertido en un símbolo de oración por la paz en Tierra Santa. La abadía pertenece hoy a la Orden Benedictina.
4. Monte de los Olivos (Getsemaní)
Por Berthold Werner – Trabajo propio, CC BY-SA 3.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=14585040
El monte de los Olivos está ubicado en el valle de Cedrón, al este de Jerusalén. Toma su nombre de los olivos que pueblan sus laderas. El Evangelio narra que Jesús solía retirarse a este monte junto con sus discípulos para rezar. Allí mismo sufrió su agonía, fue arrestado y ascendió a los Cielos. Es considerado uno de los lugares más sagrados de Tierra Santa.
En el Libro de Zacarías, el monte de los Olivos aparece identificado como el lugar desde el que Dios comenzará a redimir a los muertos al final de los tiempos. Por esta razón, los judíos siempre han intentado ser enterrados en la montaña, y desde los tiempos bíblicos hasta hoy el monte se ha usado como cementerio para los judíos de Jerusalén. Hay aproximadamente 150 000 tumbas en el monte, entre ellas la de los profetas Zacarías, Hageo y Malaquías.
En las laderas del monte de los Olivos se encuentran varios lugares santos que recuerdan los últimos momentos de Jesús y la vida de la María Santísima. Entre ellos:
- Capilla de la Ascensión
Situada en la cima, conmemora la Ascensión de Jesús al Cielo. El pequeño santuario octogonal actual, bajo custodia musulmana, conserva una roca con las huellas del Señor e indica el último lugar que sus pies pisaron antes de su ascensión. Aquí existieron antiguas iglesias bizantinas y cruzadas, luego reemplazadas por la estructura actual.
- Iglesia del Pater Noster
Muy cerca se halla la iglesia donde Jesús enseñó a sus discípulos el Padrenuestro. Construida sobre una cueva por orden de Constantino, fue destruida y reconstruida varias veces. En sus muros pueden leerse versiones del Padrenuestro en más de sesenta idiomas, lo que la convierte en un símbolo de unidad y oración universal.
- Dominus Flevit
Más abajo, la iglesia franciscana del Dominus Flevit (que significa «El Señor lloró») recuerda el momento en que Jesús lloró al contemplar Jerusalén. Diseñada por Antonio Barluzzi en 1955 con forma de lágrima, ofrece una de las vistas más bellas de la Ciudad Vieja y un ambiente de profunda paz y contemplación.
- Iglesia Ortodoxa de Santa María Magdalena
Ubicada cerca del camino hacia Getsemaní, destaca por sus siete cúpulas doradas y su arquitectura rusa. Junto a ella se extiende el cementerio judío más antiguo de Jerusalén.
- Huerto de Getsemaní e Iglesia de Todas las Naciones
A los pies del monte se encuentra el Huerto de Getsemaní, con antiguos olivos que evocan la agonía de Jesús antes de su Pasión. La Iglesia de Todas las Naciones, también llamada de la Agonía, fue construida en 1924 con la colaboración de diversos países. En su interior se venera la roca donde Jesús oró la noche de su arresto.
- Gruta de los Apóstoles
Frente a Getsemaní, esta cueva recuerda el lugar donde Jesús y sus discípulos solían orar. Allí Pedro, Santiago y Juan se quedaron dormidos mientras el Señor agonizaba.
- Tumba de la Virgen María
Cerca de la gruta, la Iglesia de la Asunción o Tumba de María conmemora el “tránsito” de la Madre de Dios. La cripta actual, custodiada por las iglesias ortodoxas orientales, desciende por una escalera hasta la tumba en que la Santísima Virgen habría sido colocada y desde la que habría sido asunta a los Cielos en Cuerpo y Alma.
5. Betfagé
Betfagé es un pequeño pueblo que se encuentra justo al otro lado del Monte de los Olivos. Según la tradición, aquí, el Señor montó el burro que lo condujo a su entrada triunfal en Jerusalén, el domingo de Ramos:
«Dirigiéndose hacia Jerusalén, Jesús y sus discípulos llegaron a Betfagé, al pie del Monte de los Olivos. De aquí envió a dos de sus discípulos a buscar un asnillo. Después que se lo llevaron, colocaron sobre sus lomos algunos mantos. Jesús se subió sobre el asno y, rodeado de un grupo exultante, se encaminó hacia Jerusalén. Y le aclamaban diciendo: “El es el hijo de David, el profeta Jesús de Nazaret”.
El recuerdo de la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén comenzó a celebrarse desde los primeros tiempos de un modo muy parecido al actual. Así lo relata un texto del s. IV:
«El domingo que da comienzo a las celebraciones pascuales todo el pueblo sube al monte de los Olivos y cuando se acerca la hora undécima (es decir: hacia las cinco de la tarde) se lee aquel pasaje del Evangelio en el cual se recuerda el momento en que los niños que van al encuentro de Jesús con ramos y palmas […]. En ese momento el obispo se pone en pie y con él todo el pueblo.
Desde allí, es decir, desde lo alto del monte de los Olivos, se hace todo el recorrido a pie mientras, el pueblo, precediendo al obispo, al cántico de himnos y antífonas, responde constantemente: “Bendito el que viene en nombre del Señor”. Y todos los niños de aquel lugar, aún los que no pueden caminar por su tierna edad y se encuentran en los brazos de sus padres, todos tienen en su manos ramos, quiénes de palma, quiénes de olivo; y del mismo modo que fue conducido el Señor, así viene acompañado el obispo».
La Iglesia del Convento Franciscano, construida en 1883 sobre unas ruinas cruzadas del s. XII conmemora este hecho.
- Para más información del Convento de Betfagé, visita la página web de la Custodia de Tierra Santa.
- Ubicación: Q7G2+V8R Jerusalén, Israel.
6. Vía Dolorosa
Por Berthold Werner – Trabajo propio, CC BY-SA 3.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=16166889
La Vía Dolorosa (“Camino del Dolor”) es una ruta procesional de unos 600 metros en la Ciudad Vieja de Jerusalén que recuerda el camino que Jesús recorrió desde el pretorio de Pilato hasta el Calvario, donde fue crucificado. La ruta actual, establecida por los franciscanos en el siglo XVIII, está marcada por catorce estaciones del Vía Crucis, nueve en las calles y cinco dentro de la Iglesia del Santo Sepulcro.
A lo largo de los siglos, la ubicación del recorrido fue variando hasta que los franciscanos fijaron el itinerario que hoy siguen miles de peregrinos cada año.
- Primera Estación – Condena de Jesús: En el Monasterio de la Flagelación, donde Pilato lo juzgó y los soldados lo coronaron de espinas.
- Segunda Estación – Jesús carga la cruz: Junto al Arco del Ecce Homo, donde Pilato mostró a Cristo al pueblo diciendo: “He aquí el hombre.”
- Tercera Estación – Primera caída: Marcada por una pequeña capilla armenia, recuerda la primera caída de Jesús bajo el peso de la cruz.
- Cuarta Estación – Encuentro con su madre: Un oratorio con un bajorrelieve recuerda el conmovedor encuentro entre Jesús y la Virgen María.
- Quinta Estación – Simón de Cirene ayuda a Jesús: Una inscripción señala el lugar donde Simón el Cirineo tomó la cruz para ayudar al Señor.
- Sexta Estación – La Verónica enjuga el rostro de Jesús: En una iglesia griega católica, se conserva la memoria de la mujer que limpió el rostro de Cristo, quedando su imagen impresa en el velo. La tumba de la Verónica también se encuentra en la misma iglesia.
- Séptima Estación – Segunda caída: Indicada por un pilar romano, se recuerda la nueva caída de Jesús camino al Calvario.
- Octava Estación – Jesús consuela a las mujeres de Jerusalén: Una cruz tallada en el muro de un monasterio ortodoxo recuerda su encuentro con las mujeres piadosas.
- Novena Estación – Tercera caída: Marcada por una columna romana a la entrada del monasterio copto, próxima al Santo Sepulcro.
- Décima a Decimocuarta Estación: Las cinco últimas estaciones se encuentran dentro de la Iglesia del Santo Sepulcro: X: Jesús es despojado de sus vestiduras, XI: Es clavado en la cruz, XII: Muere en la cruz, XIII: Su cuerpo es bajado y entregado a su Madre y XIV: Es colocado en el Santo Sepulcro.
7. Basílica del Santo Sepulcro
Por I, Ondřej Žváček, CC BY 2.5, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=25773907
La Iglesia del Santo Sepulcro (también conocida como Iglesia de la Resurrección o de la Anástasis) en la Ciudad Vieja de Jerusalén es considerada el lugar más sagrado del cristianismo y un centro de peregrinación fundamental desde el siglo IV.
El santuario se erigió sobre los dos sitios cruciales de la Pasión y Resurrección de Jesús, ambos ubicados tradicionalmente bajo su techo:
- El Calvario o Gólgota: El montículo donde Jesús fue crucificado. Se accede a él por unas escaleras dentro de la iglesia, y la roca original se puede tocar a través de un orificio en el suelo de su altar principal.
- La Tumba Vacía (Santo Sepulcro): La cueva donde Jesús fue enterrado y resucitó. Está cubierta por una pequeña capilla central del siglo XIX conocida como el Edículo.
El emperador Constantino el Grande, después de que su madre Elena identificara el sitio, ordenó la demolición de un templo romano anterior (a Júpiter o Venus) y la construcción de un complejo que incluía una gran basílica (Martyrium) y una rotonda que albergaba la tumba (Anastasis). Se consagró en el año 335.
Sufrió graves daños y destrucción a lo largo de los siglos entre los ss. VII y IX. Los cruzados remodelaron y unificaron todas las capillas bajo un mismo techo por primera vez en 1149, dándole una estructura similar a la actual. Se deterioró en el periodo otomano. Un grave incendio en 1808 obligó a una reconstrucción en estilo barroco otomano. En 2016-2017, se llevó a cabo una restauración fundamental del Edículo, revelando el lecho funerario de piedra caliza intacto por primera vez en siglos.
La iglesia está administrada conjuntamente por seis comunidades cristianas, principalmente: la Iglesia Ortodoxa Griega, la Iglesia Católica (a través de los franciscanos) y la Iglesia Apostólica Armenia.
Como símbolo de esta neutralidad, la llave de la puerta principal está bajo la custodia ininterrumpida de dos familias musulmanas de Jerusalén (Nuseibeh y Joudeh Al-Goudia) desde 1187.
La Basílica cuenta con otros lugares destacados:
- Piedra de la Unción: Una losa de mármol a la entrada de la iglesia donde, según la tradición, el cuerpo de Jesús fue preparado para el entierro.
- Capilla de Adán: Se encuentra bajo el Calvario; la tradición dice que Jesús fue crucificado sobre el lugar de enterramiento del cráneo de Adán.
- Capilla de Santa Elena: donde los cruzados creían que Elena encontró la Vera Cruz.
- Capilla Siríaca: Contiene una abertura a una antigua tumba judía de la época de Jesús (tipo kokh), que algunos identifican con la tumba de José de Arimatea y Nicodemo, y que es evidencia de que el lugar estaba fuera de los muros de la ciudad.
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Rotonda y Catholikon: La Rotonda es el espacio circular que rodea el Edículo. El Catholikon es la nave central de los cruzados, que hoy funciona como la catedral ortodoxa griega.
- Para más información de esta iglesia, visita la página web de la Custodia de Tierra Santa.
- Ubicación: Q6HH+9RX Jerusalén, Israel.
Si quieres visitar estas iglesias, recuerda que tu aplicación de Horarios de Misa será tu mejor compañera de viaje. Te ayudará a encontrar los horarios de las Misas locales, los servicios de Confesión y los tiempos de Adoración, asegurando que tu peregrinación espiritual esté siempre conectada con los sacramentos. Descárgala ahora.
Jerusalén es la ciudad donde ocurrieron los momentos centrales de la vida de Cristo: la Última Cena, la oración en Getsemaní, la Pasión, la Crucifixión y la Resurrección.
Peregrinar a Jerusalén es un modo de oración muy agradable a Dios. Estar en los lugares donde Jesús enseñó, oró y sufrió ayuda al creyente a fortalecer su vida espiritual, reflexionar sobre su vida y acercarse más a Dios. La peregrinación inspira a los fieles a renovar compromisos de vida cristiana, servir con más amor y dar testimonio de su fe. Muchos regresan transformados espiritualmente.
Para poder sacarle mucho fruto a tu peregrinación, te aconsejamos que adquieras una guía con explicaciones y datos sobre los lugares sagrados que vas a visitar, meditaciones, pasajes bíblicos y oraciones para vivir este viaje con un verdadero espíritu de oración.
Es muy conveniente que recorras Jerusalén con tu Biblia, especialmente con el Evangelio. Podrías leer los textos antes para preparar el corazón o durante tu visita para contemplar y meditar mejor. Qué bueno sería si pudieras ir con un grupo de peregrinos acompañados por un sacerdote a la cabeza para que celebre la Santa Misa en los lugares santos y te asista espiritualmente en tu peregrinación.
¿Cuáles son los lugares más importantes para visitar en Jerusalén?
Entre los sitios cristianos más significativos se encuentran la Basílica del Santo Sepulcro, la Vía Dolorosa, el Monte de los Olivos, el Monte Sión, la Iglesia de Santa Ana, la Piscina de Betseda y Betfagé. Cada uno de ellos recuerda momentos fundamentales de la vida, pasión, muerte y resurrección de Jesús.
¿Por qué Jerusalén es considerada una ciudad santa?
Porque en ella ocurrieron los misterios centrales de la fe cristiana: la Última Cena, la Pasión, la Crucifixión y la Resurrección del Señor. Además, fue el lugar del antiguo Templo de Israel y conserva los sitios más venerados por judíos, cristianos y musulmanes.
¿Cuándo es el mejor momento para peregrinar a Jerusalén?
La mayoría de los peregrinos viajan en Semana Santa o en el Tiempo Pascual, cuando los lugares santos se llenan de celebraciones litúrgicas. Sin embargo, cualquier época del año es propicia para vivir una experiencia espiritual profunda en Tierra Santa.
¿Se puede asistir a Misa en los lugares santos?
Sí. En casi todos los santuarios de Jerusalén se celebran Misas diarias, especialmente en los templos custodiados por los franciscanos. Puedes consultar los horarios a través de la aplicación Horarios de Misa, que te ayudará a encontrar la iglesia más cercana con horarios de Misa, Confesión y Adoración.
¿Qué se recomienda llevar para aprovechar la peregrinación?
Se aconseja llevar una Biblia para leer los pasajes correspondientes en cada lugar, una guía espiritual o devocionario, ropa cómoda y una actitud de recogimiento y oración. Si es posible, peregrinar acompañado de un sacerdote enriquece enormemente la experiencia.